3.9.17

El Caballo de Troya

Luis Andrés Cisneros
Caballo de Troya, es una saga de libros escrita por el periodista y literato Juan José Benítez, compuesta por 10 libros (1984- 2013). En ellos se narra la vida de Jesús de Nazaret, a través de las vivencias de un viajero “del tiempo”, procedente del siglo XX. Sus primeros libros, se convirtieron en un gran éxito de ventas.

Pero, sin duda, la fama del caballo pertenece a la historia de la “Guerra de Troya”. En dicha confrontación los helenos habían sitiado la capital del imperio troyano pero, ante la imposibilidad de su conquista, abandonaron a las puertas de la ciudad un enorme caballo de madera.

En dicho artilugio se encontraban escondidos varios soldados y, los troyanos, confiados en su victoria, entraron dentro de sus muros el caballo de madera. Por la noche, los griegos salieron del caballo, mataron a los centinelas y abrieron las puertas permitiendo la entrada y posterior conquista de la ciudad. Hay dos libros, la Odisea (Homero) y la Eneida (Virgilio), donde ya se relata este hecho.

Hay bastantes evidencias sobre la ficción de esta historia, ya que no se encontró ningún elemento arqueológico que lo demostrara, incluso los escritos arriba mencionados, se escribieron 500 años después de dicha guerra.

Pero lo que se trata, en este artículo, es de evitar que caigamos en la trampa del Caballo de Madera. Que, por desgracia, nos está asediando día a día. Pero no sólo es que sólo se introduzcan a escondidas, que no es el caso, vienen a cara descubierta, y cuentan, ¡oh sorpresa! con la complicidad de nuestros gobernantes.

Estamos asistiendo a la destrucción sistemática y programada de una civilización, la occidental y de sus raíces cristianas, con la negación de todos y cada uno de los valores que han hecho de Europa el crisol de la cultura y las libertades.

Los recientes ataques de islamistas, en lo mal llamado Europa democrática no significa más que una cosa, el Islam, que no los musulmanes, nos han declarado la guerra y cuentan con apoyos en nuestros propios territorios.

Me gustaría encontrar las respuestas a una serie de preguntas que se hacen muchos españoles.

¿A quién beneficia esta apertura indiscriminada de fronteras?

¿Por qué las ayudas a los ilegales, no se dedican a apoyar a las familias autóctonas y la natalidad?

¿Qué razones hay para acosar a los cristianos y favorecer a los islamistas?

¿El objetivo final es la eliminación de la civilización occidental?

¿El apoyo masivo a las nuevas leyes en defensa del colectivo LGTB, obedece, realmente, a evitar el nacimiento de nuevos niños autóctonos?

¿Por qué el empeño en culpabilizar al género masculino de todos los males de la sociedad?

¿Cuántas matanzas, en los últimos tiempos, se han achacado a personas cristianas?

¿Qué tiene que pensar un jubilado español que, a duras penas, llega a fin de mes, cuando ve las ayudas que perciben los ilegales?

¿No sería posible que parte de esas ayudas se dedicaran a premiar debidamente a todas esas mujeres que han dedicado su vida a cuidar y educar a su familia y que no reciben un solo euro?

¿Quién puede explicar la razón por la cual los políticos de Castellón, en la manifestación de apoyo a los islamistas, no a las víctimas, estaban todos tan sonrientes?

¿Quién se beneficia del acoso y derribo al idioma español?

¿De verdad, las autonomías, salvo para el los bolsillos de algunos, sirven para algo?

¿A quién va a beneficiar la balcanización de España?

Tranquilos, seguirá habiendo subvenciones por no hacer nada, todos seguirán mirando para otro lado mientras sigan metiendo la mano, nuestros impuestos irán a parar a manos de los que nunca han pagado ni pagarán un solo impuesto, seguiremos estando bajo la dictadura de lo “políticamente correcto”

Mientras tanto, nuestro dinero irá a parar, por ejemplo a un cursillo de rap para parados (Huesca) o a pintar los bancos color arco iris o a despreciar a España continuamente.

Tenemos alguna ventaja, no necesitamos meter al Caballo de Troya en casa, que también, más peligro tienen los cómplices de los que están dentro del caballo.

Me siento orgulloso de ser español, y de hablar español.

¡¡VIVA ESPAÑA!!

Luís Andrés Cisneros

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