2.1.07
Colaboración sección opinión por miguel barrachina: "Zapatero, el nuevo Quirieleison"
Se preparaba la batalla singular, entre Tirant Lo Blanch y el gigante Quirieleison de Muntalbà, recién llegado a Londres para vengar la muerte de sus dos hermanos de leche, los reyes de Polonia y Frisa, a manos del primero, cuando en la víspera del gran combate al grandullón imbatido le estalló la hiel y murió repentinamente.
Así como Qurieleison quedó Rodríguez Zapatero cuando el mismo día que la prensa recogía sus proféticas afirmaciónes de que “dentro de una año estaremos mejor que hoy” en relación con ETA o “¿se está mejor cuando hay un alto el fuego permanente que cuando había bombas como hace un año? sin duda”, se produjo el brutal atentado de la Terminal 4.
ZP quería emular al gran caballero que idealizó el escritor valenciano Joanot Martorell en “el mejor libro del mundo” según el Quijote, Tirante el Blanco, vencedor de mil batallas, pero se quedó en el lenguaraz Quirieleison que murió él solito jactándose de sus éxitos inminentes.
El ridículo del gigantón Quirieleison fue mayor por la gran publicidad que él mismo dio a la batalla, haciendo partícipe al mismísimo Rey de Inglaterra del duelo como también ZP forzó al Parlamento Europeo a dividirse ante su diálogo con los asesinos, lo que ha dado a esta afrenta gubernamental una dimensión internacional.
Quienes vieron en el Presidente del Gobierno de España un iluminado en busca del premio Nobel, capaz de liderar con el dinero de todos la costosa campaña publicitaria de la Alianza de Civilizaciones o mostrar debilidad ante el terrorismo de ETA, estaban equivocados, ahora conocemos la auténtica dimensión del gran estadista que nos preside más próxima a lo divino que a lo humano.
Porque propio de dioses es dar la vida a quién ya la había perdido como el terrorismo de ETA-Batasuna. Es auténticamente milagroso que la banda criminal ya tenga nuevamente representación en el Parlamento Vasco, que el terrorismo callejero cometa más de 200 atentados en un año o que vuelvan a poner bombas y a matar inocentes.
Ciertamente sobrenatural esta capacidad zapatera de revivir a los muertos, tan admirable como el estímulo que su presidencia supone a los envites nacionalistas que además de en el caso vasco ahora arrecian en Galicia y Cataluña, dos autonomías gobernadas por el PSOE, cuyos sistemas educativos están multiplicando sus acciones contra nuestra lengua común. Zapatero, como Quirieleison, un bluf.
Miguel Barrachina Ros
Diputado Nacional del Partido Popular
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario