La manifestación tuvo lugar en la plaza Mayor de Castellón. Durante el acto se leyó el Manifiesto en Derecho a la Vida al igual que en más de 50 ciudades de toda España.
Manifiesto por El Derecho a la Vida
1.- Nuestro compromiso firme y sincero con la defensa de la vida y el apoyo o desarrollo de todas las iniciativas moralmente aceptables que con tal fin sean llevadas a cabo.
2.-Nuestra intención irrenunciable a conseguir la derogación de cualquier ley que atente contra la vida humana y a dotarla de toda la protección legal que se merece.
3.-Nuestro propósito de denunciar cualquier acto delictivo, acción destinada a promover la muerte de seres humanos bajo el aborto, la eutanasia, el suicidio asistido o cualquier otra forma en que, actuando en contra de su esencia, se empleen actos médicos para destruir la vida en lugar de preservarla.
4.-Nuestra exigencia continua a los poderes públicos para que apliquen las leyes sobre el aborto y eutanasia actuales de la forma más estricta posible, y a los partidos políticos para que dichas leyes sean reformadas, derogando las del primer caso y reforzando la vida de la persona en el segundo.
5.-Nuestro aplauso y disposición a colaborar con todas las iniciativas de apoyo a mujeres embarazadas para permitirles terminar sus embarazos, así como de cuidados paliativos y asistenciales a pacientes terminales o incapacitados, que permitan aliviar la experiencia dura y dolorosa de enfrentarse al fin de la existencia.
Los organizadores recogieron firmas contra la Ley del Aborto del PSOE, una aberración que pretende dar impunidad al genocidio que ya ha acabado con la vida de un millón de niños inocentes muertos en el vientre de sus madres durante la legislatura del Gobierno "inmundo" de Zapatero, bestia negra de la vida, y azote de la ley divina de la procreación. Un auténtico holocausto inmoral y de clara inspiración demoniaca.
Entre los manifestantes, destacaron muchos jóvenes, niños con sus padres, portando globos rojos (color de la vida) y sacerdotes, así como religiosas.
Desde El Informal Segorbino nos preguntamos si Zapatero, en sus célebres reuniones en la Moncloa, donde según los mentideros de la capital, reciben a hechiceras y astrólogas, no ofrecerá las víctimas inocentes como sacrificio a Moloc, Baal y Satanás para perpetuarse en el gobierno del Mal, el de la Muerte.
"Derecho a Vivir" necesita colaboradores, puede informarse en http://derechoavivir.org/ y se solicita que acudan todos los defensores de la vida a las concentraciones frente al centro abortista Mediterránea Médica en el Paseo Ribalta de Castellón, todos los últimos viernes de més a las 20:00 horas.
La lucha por la vida ha comenzado y engloba a partidos políticos, como el Partido Popular y UPN, organizaciones cívicas como Pro Vida y Hazte Oír; a toda la Iglesia Católica con el Papa Benedicto XVI a la cabeza, a los más eminentes científicos de España que en número superior a los dos mil han firmado el Manifiesto de Madrid y a toda la sociedad española.
Recogemos diversas frases del tríptico de Derecho a Vivir: "El Aborto es un holocausto silenciado", "El Gobierno de Zapatero legisla para otorgar a empresarios sin escrúpulos, licencias para matar", "La Vicepresidenta en el colmo del cinismo defiende el aborto para -promover una maternidad responsable-", "El Gobierno Zapatero quiere convertir el aborto en un método quirúrgico de control de la natalidad".
No defender la vida ante la mounstrosidad abortista del "gobierno del mal" sería una cobardía que los españoles no vamos a tolerar mirando a otro lado. Si a la vida, no al aborto, Zapatero dimisión.
Redacción/El Informal Segorbino/J.A.N.
4 comentarios :
Entonces y recapitulando, si de los 172.624 habitantes de la ciudad de Castellon va unos 1000 al acto,por lo tanto, unas 171.624 no acudieron, así que, no estan a favor del mismo, y si este acto lo enfocamos a nivel provincial, estariamos hablando de 594.915 de los que sólo acudieron unos 1000.
Para mi humilde opinión "una minoria que no representa la opinion de la ciudad, y mucho menos de la provincia".
Yo aceptaré estas protestas cuando le hagan a todas la monjas una prueba de virginidad.
La actual campaña de la Conferencia Episcopal contra los linces y las mujeres que abortan pone de relieve el patético deterioro de la formación intelectual del clero, que si bien nunca ha sobresalido por su nivel científico, al menos en el pasado era capaz de distinguir el ser en potencia del ser en acto. ¿Dónde quedó la teología escolástica del siglo XIII, que incorporó esas nociones aristotélicas? La campaña episcopal se basa en el burdo sofisma de confundir un embrión (o incluso una célula madre) con un hombre. Por eso dicen que abortar es matar a un hombre, cometer un homicidio.
Una bellota no es un roble. Los cerdos de Jabugo se alimentan de bellotas, no de robles. Y un cajón de bellotas no constituye un robledo. Un roble es un árbol, mientras que una bellota no es un árbol, sino sólo una semilla. Por eso la prohibición de talar los robles no implica la prohibición de recoger sus frutos. Entre el zigoto originario, la bellota y el roble hay una continuidad genealógica celular: la bellota y el roble se han formado mediante sucesivas divisiones celulares (por mitosis) a partir del mismo zigoto. Cuando el espermatozoide de un hombre fecunda el óvulo maduro de una mujer y los núcleos haploides de ambos gametos se funden para formar un nuevo núcleo diploide, se forma un zigoto que (en circunstancias favorables) puede convertirse en el inicio de un linaje celular humano, de un organismo que pasa por sus diversas etapas de mórula, blástula, embrión, feto y, finalmente, hombre o mujer en acto. Aunque estadios de un desarrollo orgánico sucesivo, el zigoto no es una blástula, y el embrión no es un hombre. Un embrión es un conglomerado celular del tamaño y peso de un renacuajo o una bellota, que vive en un medio líquido y es incapaz por sí mismo de ingerir alimentos, respirar o excretar -no digamos ya de sentir o pensar-, por lo que sólo pervive como parásito interno de su madre, a través de cuyo sistema sanguíneo come, respira y excreta. Este parásito encierra la potencialidad de desarrollarse durante meses hasta llegar a convertirse en un hombre. Es un milagro maravilloso, y la mujer en cuyo seno se produzca puede sentirse realizada y satisfecha. Pero en definitiva es a ella a quien corresponde decidir si es el momento oportuno para realizar milagros en su vientre.El niño es un anciano en potencia, pero un niño no tiene derecho a la jubilación. Un hombre vivo es un cadáver en potencia, pero no es lo mismo enterrar a un hombre vivo que a un cadáver. A los vegetarianos, a los que les está prohibido comer carne, se les permite comer huevos, porque los huevos no son gallinas, aunque tengan la potencialidad de llegar a serlas. Un embrión no es un hombre, y por tanto eliminar un embrión no es matar a un hombre. El aborto no es un homicidio. Y el uso de células madre en la investigación, tampoco.Otra falacia consiste en decir que, si los padres de Beethoven hubieran abortado, no habría habido Quinta Sinfonía, y si nuestros padres hubieran abortado el embrión del que surgimos, ahora no existiríamos. Pero si los padres de Beethoven y los nuestros hubieran sido castos, tampoco habría Quinta Sinfonía y tampoco existiríamos nosotros. Si esto es un argumento para prohibir el aborto, también lo es para prohibir la castidad. Pero tanta prohibición supongo que resultaría excesiva incluso para la Iglesia católica. Una de sus múltiples contradicciones estriba en que impone un natalismo salvaje a los demás, mientras a sus propios sacerdotes y monjas les exige el celibato y la castidad absoluta.
Muchas parejas anhelan tener hijos, muchas mujeres desean quedar embarazadas y esperan con ilusión el nacimiento de la criatura. El infante querido y deseado suele estar bien alimentado y educado, colmado de cariño y estimulación y (salvo raro defecto genético) su cerebro se desarrolla bien. Por desgracia, el mundo está lleno de madres violadas o forzadas y de niños no deseados, abandonados a la mendicidad y la delincuencia, famélicos, con los cerebros malformados por la carencia alimentaria y la falta de estímulos, carne de cañón de guerrillas crueles y explotaciones prematuras. La jerarquía eclesiástica se ensaña con esas mujeres desgraciadas. El cardenal nicaragüense Obando y Bravo se opuso al aborto terapéutico de una niña de nueve años, violada, enferma y con su vida en peligro. Hace un par de años, la Iglesia de Nicaragua acabó apoyando políticamente al dictador Daniel Ortega a cambio de que éste prohibiese definitivamente el aborto terapéutico. Hace unas semanas el arzobispo Cardoso ha excomulgado en Brasil a la madre de otra niña de nueve años violada por su padrastro y en peligro de muerte por su embarazo doble, así como a los médicos que efectuaron el aborto. En 2007 se hizo famoso el caso de Miss D, una irlandesa de 17 años embarazada con un feto con anencefalia, es decir, sin cerebro ni parte del cráneo, condenado a ser un niño vegetativo, ciego, sordo, irremediablemente inconsciente, incapaz de percibir, pensar ni sentir nada, ni siquiera dolor. Las autoridades impidieron que Miss D fuera a Inglaterra a abortar, aunque más tarde los tribunales anularon la prohibición. Los grupos católicos fanáticos presionan para que se impida a las irlandesas que viajen a Inglaterra a abortar, lo que choca con la legislación comunitaria, que garantiza la libertad de movimientos en la UE.
En España misma, el año pasado, una mujer preñada de un feto con holoprosencefalia, condenado a morir al nacer o a vivir como vegetal, tuvo que ir a Francia a abortar. El derecho a abortar es para muchas mujeres más importante que el derecho a votar en las elecciones, y ha de serles reconocido incluso por aquellos que personalmente jamás abortarían. En 1985 se aprobó la reforma del Código Penal para cumplir a medias y mal el programa electoral del PSOE. Desde entonces, tanto los Gobiernos de Felipe González como de Zapatero se han dedicado a marear la perdiz, diciendo que no era el momento oportuno y que había que esperar a que los obispos dejasen de vociferar. Pero los obispos nunca van a dejar de vociferar. Después de 24 años de remilgos, espero que los socialistas se decidan finalmente a liberalizar el aborto dentro de las primeras semanas del embarazo. Tampoco hace falta ser tan progre para ello. Margaret Thatcher lo tenía ya perfectamente asumido hace 30 años.
o sea como siempre los ricos pueden arbortar, y los pobres que se la casquen, que pena que dais, los que apoyan a los Nazis ahora luchan por la vida
Publicar un comentario