Está de moda. Lamentablemente de moda. Siempre que los gobiernos de Madrid o Bruselas tienen un contencioso con Marruecos, la patada en el estómago —y en el bolsillo— acaban recibiéndola los agricultores españoles.La última ha sido propinada por los oscuros acuerdos entre la Unión Europea y el gobierno del sátrapa alauita. Así, ante la reciente cumbre entre la Unión Europea y Marruecos de la semana pasada, los agricultores sindicados en tres de las más importantes organizaciones del sector —COAG, ASAJA y UPA—, mostraron su malestar con el gobierno de Rodríguez Zapatero y las directrices comunitarias el pasado 7 de marzo, en Granada.
El motivo no es otro que el acuerdo comercial firmado 17 de diciembre del año pasado, y que da luz verde a la liberalización de productos del campo marroquíes, lo cual supone poner «en riesgo la viabilidad de cientos de miles de empleos» y, de facto, la permanente vulneración de las preferencias comunitarias.
Los agricultores concentrados exigieron al Parlamento y al Consejo Europeo no ratificar «el acuerdo con el Reino de Marruecos, al menos sin incluir cláusulas que lo hagan menos lesivo para los intereses españoles así como medidas compensatorias para los productores afectados por la apertura de los mercados, que no podrán afrontar la competencia de los vecinos del Mediterráneo porque no cumplen nuestros mismos estándares en materia sociolaboral, ambiental y sanitaria».
Desde «El Informal Segorbino» recomendamos al comprador que se informe sobre la procedencia de los alimentos de consumo inmediato y que, en caso de duda, opte siempre por adquirir los de origen español.
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