La decisión del Parlamento Catalán no tiene nada que ver con la crueldad con los animales. Es lisa y llanamente una expresión más de su odio hacia todo lo que les une al proyecto colectivo español en una carrera desenfrenada en busca de una inexistente identidad étnica.
Los catalanes no tienen ni tendrán jamás, por mucho que se empeñen, un RH distinto del resto de pueblos de esta vieja nación española a la que han pertenecido a lo largo de los siglos sin interrupción alguna.
Desde que el rey francés San Luis IX permutara en el tratado de Corbeil de 1258 con el rey Jaime I de Aragón y Valencia los territorios de la antigua Marca Hispánica bajo dominio galo por los territorios aragoneses del sur de Francia, los condados catalanes y Cataluña, después, siempre han pertenecido a la Corona Aragonesa y a España, y su destino ha sido común y compartido.
Prohibir las corridas de toros es un acto más de autonegación de su verdadera identidad en esa búsqueda delirante y artificiosa de un "ser catalán" sobre la que construir un nuevo estado y una nueva nación.
Pero, además, es la expresión de la sinrazón del nacionalismo que construye su discurso sobre la prohibición sistemática, las multas y la restricción de las libertades individuales y colectivas.
Cataluña es hoy menos española pero para desgracia de sus ciudadanos es, también, menos libre y se asemeja a mayor velocidad a una dictadura bananera donde se impone el tam-tam al toque y capricho de nuevos reyezuelos y tiranos.
Los catalanes no tienen ni tendrán jamás, por mucho que se empeñen, un RH distinto del resto de pueblos de esta vieja nación española a la que han pertenecido a lo largo de los siglos sin interrupción alguna.
Desde que el rey francés San Luis IX permutara en el tratado de Corbeil de 1258 con el rey Jaime I de Aragón y Valencia los territorios de la antigua Marca Hispánica bajo dominio galo por los territorios aragoneses del sur de Francia, los condados catalanes y Cataluña, después, siempre han pertenecido a la Corona Aragonesa y a España, y su destino ha sido común y compartido.
Prohibir las corridas de toros es un acto más de autonegación de su verdadera identidad en esa búsqueda delirante y artificiosa de un "ser catalán" sobre la que construir un nuevo estado y una nueva nación.
Pero, además, es la expresión de la sinrazón del nacionalismo que construye su discurso sobre la prohibición sistemática, las multas y la restricción de las libertades individuales y colectivas.
Cataluña es hoy menos española pero para desgracia de sus ciudadanos es, también, menos libre y se asemeja a mayor velocidad a una dictadura bananera donde se impone el tam-tam al toque y capricho de nuevos reyezuelos y tiranos.
Fdo: Juan García Sentandreu/Presidente del partido foral valenciano: COALICION VALENCIANA
3 comentarios :
Sr. García Sentandreu, a mi me importa bien poco si las corridas de toros se han prohíbido por razoness politicas o animalistas.
A mi lo que me importa es que una práctica cruel, sádica y sangrienta se ha prohíbido. Eso es lo único que me importa. Yo aplaudo a los catalanes.
Sentandreu, viejo camisa azul (falangista) que sólo promete anticatalanismo desde un partidillo de segunda que sacó menos de un 2% de votos en las últimas elecciones.
Ya podemos pasar página.
Sentandreu llevó la camisa azul cuando no mandaba Franco, lo peor, son los que viviendo Franco llevaban camisa azul, de esos, hay unos cuantos en el PSOE y en PP, no voy a decir nombres, porque sería muy aburrido.
Por cierto, si sacó sólo un dos por ciento de los votos, quizás sería por que hay un arreglito entre los partidos fachas del sistema para que la Banca les financie, no como a Coalición Valenciana, que su capital sale de sus afiliados y simpatizantes.
Aguanta Sentandreu, aunque tu hora no ha llegado, muchos pensamos como tú, pronto llegará tu turno y tendrás que limpiar la comunidad valenciana de listillos apegados a la teta.
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