Las personas que ustedes ven en la foto no se han reunido para anunciar una manifestación contra la mala gestión del gobierno, ni para criticar el aumento del IVA o la congelación de las pensiones; tampoco lo han hecho para manifestar su desacuerdo con la reducción del poder adquisitivo de los empleados públicos, no; se han reunido para algo mucho más importante: denunciar la presencia de la selección española de baloncesto en Vitoria.
Como ven, han venido a tratar el principal problema de los ciudadanos vascos. Y es que más allá de la tasa de paro, las dificultades económicas para llegar a fin de mes o la más que probable huelga de controladores, si hay algo que no deja dormir a la sociedad vasca es que la selección española de baloncesto juegue en Vitoria.
Pero lo más curioso del tema es que estas personas afines a Batasuna, Aralar y EA, dicen hablar en nombre de todos los vascos y sin embargo en las últimas elecciones autonómicas no sacaron -sumando las distintas siglas- más de un 10% de votos. Por eso, porque olvidan al 90% de población restante, no se han dado cuenta de que quizás haya personas a las que de verdad les gusta el baloncesto y les apetezca ir a ver el partido.
Por otra parte, aprovechan para acusar al Gobierno vasco de “negar la oficialidad de las selecciones vascas”. Esto, en realidad es cierto y no puedo más que darles la razón, pero lo lógico sería que, antes de realizar una petición así, hablasen con los verdaderos implicados: los deportistas, para preguntarles si realmente esa necesidad -la de tener selecciones oficiales- es real, o simplemente la obsesión de unas pocas personas por sentirse realizadas.
Y es que normalmente disponer de una selección nacional conlleva disponer de una infraestructura de liga interna, algo que en un territorio pequeño consistiría en jugar semana sí, semana también contra los mismos equipos. Quizás esto les valga a los manifestantes, pero no a la mayoría de deportistas o quizás sí, pero deberían ser ellos los que opinasen y no un puñado de personas decidiendo en su nombre, algo que no es precisamente muy democrático.
En resumen, supongo que lo más lógico será ver qué respuesta de público tiene el partido de la selección de baloncesto o el paso de la Vuelta. Si no va nadie a verlos significa que no hay interés y seguramente no vuelvan, y si va gente significará lo contrario. Tampoco es tan difícil.
Finalmente a la manifestación han acudido unas 2000 personas, en cambio al partido unas 8500, el 90% de la capacidad del pabellón. Saquen ustedes mismos las conclusiones.
P.D.: Dicen que cada uno de nosotros llevamos dentro a un pequeño dictador, pues en realidad a todos nos gustaría que las cosas se hicieran a nuestra manera. Por suerte, la mayoría de nosotros sabemos que cuando nuestras posiciones implican a otros, como mucho podemos dar nuestra opinión pero deben decidir los implicados.
En cambio hay personas que convierten esas ideas propias en el único objetivo de su existencia. Se convierten entonces en pequeños dictadores que se pasan la vida intentando convencer -casi siempre a la fuerza- a los demás para que hagan lo que ellos quieren.
Como ven, han venido a tratar el principal problema de los ciudadanos vascos. Y es que más allá de la tasa de paro, las dificultades económicas para llegar a fin de mes o la más que probable huelga de controladores, si hay algo que no deja dormir a la sociedad vasca es que la selección española de baloncesto juegue en Vitoria.
Pero lo más curioso del tema es que estas personas afines a Batasuna, Aralar y EA, dicen hablar en nombre de todos los vascos y sin embargo en las últimas elecciones autonómicas no sacaron -sumando las distintas siglas- más de un 10% de votos. Por eso, porque olvidan al 90% de población restante, no se han dado cuenta de que quizás haya personas a las que de verdad les gusta el baloncesto y les apetezca ir a ver el partido.
Por otra parte, aprovechan para acusar al Gobierno vasco de “negar la oficialidad de las selecciones vascas”. Esto, en realidad es cierto y no puedo más que darles la razón, pero lo lógico sería que, antes de realizar una petición así, hablasen con los verdaderos implicados: los deportistas, para preguntarles si realmente esa necesidad -la de tener selecciones oficiales- es real, o simplemente la obsesión de unas pocas personas por sentirse realizadas.
Y es que normalmente disponer de una selección nacional conlleva disponer de una infraestructura de liga interna, algo que en un territorio pequeño consistiría en jugar semana sí, semana también contra los mismos equipos. Quizás esto les valga a los manifestantes, pero no a la mayoría de deportistas o quizás sí, pero deberían ser ellos los que opinasen y no un puñado de personas decidiendo en su nombre, algo que no es precisamente muy democrático.
En resumen, supongo que lo más lógico será ver qué respuesta de público tiene el partido de la selección de baloncesto o el paso de la Vuelta. Si no va nadie a verlos significa que no hay interés y seguramente no vuelvan, y si va gente significará lo contrario. Tampoco es tan difícil.
Finalmente a la manifestación han acudido unas 2000 personas, en cambio al partido unas 8500, el 90% de la capacidad del pabellón. Saquen ustedes mismos las conclusiones.
P.D.: Dicen que cada uno de nosotros llevamos dentro a un pequeño dictador, pues en realidad a todos nos gustaría que las cosas se hicieran a nuestra manera. Por suerte, la mayoría de nosotros sabemos que cuando nuestras posiciones implican a otros, como mucho podemos dar nuestra opinión pero deben decidir los implicados.
En cambio hay personas que convierten esas ideas propias en el único objetivo de su existencia. Se convierten entonces en pequeños dictadores que se pasan la vida intentando convencer -casi siempre a la fuerza- a los demás para que hagan lo que ellos quieren.
Fuente: terceraopinion.net
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