Los socialistas de Castellón han renunciado a presentar candidaturas autóctonas en once municipios del Palancia y el Mijares, lo que supone partir de inicio con una ventaja de once a cero del PP respecto al PSOE en el número de alcaldías de los partidos judiciales de Viver y Segorbe.
Un regalo innecesario a nuestro partido, y una ofensa a sus votantes, que evidencia la inexistente estructura territorial del socialismo castellonense, en el caso de que este último exista.
En Matet, Arañuel, Barracas, Villamalur, Higueras, Villanueva de Viver, Pina de Montalgrao, Sacañet, el PSPV ha presentado candidaturas incompletas, que no alcanzan la mitad de concejales a elegir, lo que les impide si quiera optar a la alcaldía aunque resultasen todos ellos electos -cosa improbable ya que en su mayoría los candidatos son ajenos al municipio, y en estos comicios se vota a la persona-.
Esta deserción rural se extiende a otros ayuntamientos como El Toro, Chovar o Pavías, donde no hay un solo candidato autóctono, lo que supone también renunciar de facto a la alcaldía.
Al final son 39 las concejalías a las que los socialistas renuncian situando al Partido Popular como único referente rural en nuestras comarcas.
El socialismo no solo mantiene unos postulados económicos y sociales propios de principio de siglo pasado, sino que también conserva una estructura territorial arcaica y diseñada con anterioridad a la Constitución y al Estatuto de Autonomía.
Ingenuo de mí pensé que con el congreso autonómico, que ellos llaman “Nacional”, de hace tres años en el que aceptaron, con treinta años de retraso, la estructura provincial que recoge nuestra Constitución, prestarían más atención a la problemática rural, pero no ha sido así, al contrario, se han alejado más de los municipios de interior y siguen entregados a la política de salón.
Centrados ellos, como están, en su proyecto valenciano de “país”, donde Alarte es pomposamente Secretario Nacional, y sostiendo las anticuadas siglas de Partido Socialista del País Valencià, fraguadas hace cuarenta años, cuando anhelaban el nacimiento de los Països Catalans, no han tenido tiempo de prestar atención a los pequeños pueblos, están en confabulaciones más importantes, otra vez será.
Un regalo innecesario a nuestro partido, y una ofensa a sus votantes, que evidencia la inexistente estructura territorial del socialismo castellonense, en el caso de que este último exista.
En Matet, Arañuel, Barracas, Villamalur, Higueras, Villanueva de Viver, Pina de Montalgrao, Sacañet, el PSPV ha presentado candidaturas incompletas, que no alcanzan la mitad de concejales a elegir, lo que les impide si quiera optar a la alcaldía aunque resultasen todos ellos electos -cosa improbable ya que en su mayoría los candidatos son ajenos al municipio, y en estos comicios se vota a la persona-.
Esta deserción rural se extiende a otros ayuntamientos como El Toro, Chovar o Pavías, donde no hay un solo candidato autóctono, lo que supone también renunciar de facto a la alcaldía.
Al final son 39 las concejalías a las que los socialistas renuncian situando al Partido Popular como único referente rural en nuestras comarcas.
El socialismo no solo mantiene unos postulados económicos y sociales propios de principio de siglo pasado, sino que también conserva una estructura territorial arcaica y diseñada con anterioridad a la Constitución y al Estatuto de Autonomía.
Ingenuo de mí pensé que con el congreso autonómico, que ellos llaman “Nacional”, de hace tres años en el que aceptaron, con treinta años de retraso, la estructura provincial que recoge nuestra Constitución, prestarían más atención a la problemática rural, pero no ha sido así, al contrario, se han alejado más de los municipios de interior y siguen entregados a la política de salón.
Centrados ellos, como están, en su proyecto valenciano de “país”, donde Alarte es pomposamente Secretario Nacional, y sostiendo las anticuadas siglas de Partido Socialista del País Valencià, fraguadas hace cuarenta años, cuando anhelaban el nacimiento de los Països Catalans, no han tenido tiempo de prestar atención a los pequeños pueblos, están en confabulaciones más importantes, otra vez será.
Miguel Barrachina Ros
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