El pasado domingo próximo, 26 de febrero, Vall de Uxó acogió los restos del beato Recaredo Centelles Abad, hijo de la población, sacerdote Operario Diocesano y testigo de la fe. Es una de esas figuras que, como recomienda Benedicto XVI para el próximo Año de la Fe, vale la pena conocer. Los actos tuvieron su epicentro en la parroquia del Santo Ángel, donde fue bautizado el día siguiente a su nacimiento, el 24 de mayo de 1904.
Recaredo Centelles era hijo de una familia profundamente cristiana, por lo que no es extraño que pronto surgiera su vocación sacerdotal, ya que desde muy pequeño manifestó su deseo de ser sacerdote.
Ingresó en el Colegio de San José de Tortosa, fundado por el beato Manuel Domingo y Sol para acoger aspirantes al sacerdocio, especialmente a los más necesitados económicamente, como era el caso entonces de la familia de Recaredo, sobresaliendo por su piedad y no común inteligencia en sus estudios. Al comenzar la teología y cuando tenía veinte años, fue admitido a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, fundada también por Mn. Sol. Terminó sus estudios en el Pontificio Seminario de Tarragona, en el que se doctoró en teología.
Recaredo Centelles era hijo de una familia profundamente cristiana, por lo que no es extraño que pronto surgiera su vocación sacerdotal, ya que desde muy pequeño manifestó su deseo de ser sacerdote.
Ingresó en el Colegio de San José de Tortosa, fundado por el beato Manuel Domingo y Sol para acoger aspirantes al sacerdocio, especialmente a los más necesitados económicamente, como era el caso entonces de la familia de Recaredo, sobresaliendo por su piedad y no común inteligencia en sus estudios. Al comenzar la teología y cuando tenía veinte años, fue admitido a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, fundada también por Mn. Sol. Terminó sus estudios en el Pontificio Seminario de Tarragona, en el que se doctoró en teología.
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1 comentario :
Con esa cara de panoli seguro que darian collejas a tutiplen.
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