3.9.12

"Guerra reaparece", opinión de javier arnal

La fiesta minera de Rodiezmo, en León, es el punto de arranque político para el PSOE. Llama la atención que, como estrella mediática, Alfonso Guerra haya tenido tanto protagonismo. Si la renovación y el nuevo impulso socialista pretenden hacerla con un político tan amortizado como Alfonso Guerra, resulta preocupante.

Alfonso Guerra, el dúo de Felipe González, tuvo su momento de gloria en el PSOE ¡hace 30 años! ¿Quién tenía que haber estado en Rodiezmo? Evidentemente, Rubalcaba, el líder del PSOE, como lo hizo ZP siendo secretario general del PSOE todos los años y siendo presidente del Gobierno, hasta que dejó de asistir en 2010, por la fractura existente con UGT y con los trabajadores en general.

¿Por qué no acudió Rubalcaba? Simplemente, porque no tenía personalmente nada que ganar, y se arriesgaba a ahondar el distanciamiento con los sindicatos y trabajadores, muchos de los cuales no están dispuestos a aplaudir a unos gobernantes socialistas que dejaron este país, hace unos meses, en estado de depresión prolongada. Los trabajadores, y algunos sindicatos, discrepan de la política de Rajoy, en diversos aspectos, pero no están dispuestos a palmotear a Rubalcaba, que sí tiene mucha responsabilidad en la situación actual de España.

Alfonso Guerra es pasado. No es mera cuestión de marketing político. Su discurso sigue siendo el de hace 30 años, basado en las bromas fáciles, los juegos de palabras y la agitación de tópicos. En su momento, eso le daba votos al PSOE, porque la agresividad y la ocurrencia daba alas a un sector de los españoles, que por primera vez veía gobernar al PSOE en la España democrática.

Pero ahora Guerra no tiene sitio. El diagnóstico es patético para el PSOE: Rubalcaba no recupera votos para el PSOE pese al desgaste del PP, y engañó a los trabajadores junto con ZP. Con ese panorama, y teniendo en cuenta la falta de “tirón” de Óscar López, secretario de Organización del PSOE, se optó por alguien con chispa que animara el acto, sin nada que ofrecer, pero gracioso: y ése fue el papel de Guerra, calificando como “Estado de Malestar” la política del PP.

Si importantes son las decisiones del Gobierno de Rajoy, casi le iguala en importancia la calidad de la oposición por parte del PSOE. Algunos siguen pensando que con demagogia -¡craso error meterse con el Opus Dei, una institución de la Iglesia Católica muy conocida y respetada!- recuperarán votos. El PSOE sigue noqueado.

Fuente: Blog de Javier Arnal

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