25.6.13

Un alcalde de récord

Rafael Calvo, junto a Alberto Fabra y Javier Moliner, en la Entrada de Toros y Caballos.

 Segorbe. Rafael Calvo se ha convertido en el alcalde más longevo de la localidad. Al cumplir 18 años en el cargo, en su gestión brillan éxitos que han convertido a la población en una referencia de interior, pero aún hay promesas por cumplir.


ANA MONLEÓN SEGORBE Mucho ha cambiado Segorbe desde que, hace ya dieciocho años, el equipo de gobierno del Partido Popular entrase a gobernar en el ayuntamiento. Desde entonces, la capital palantina ha sufrido uno de los cambios más destacables, de la Comunitat Valenciana, en inversión a nivel de infraestructuras. Con ello, ha logrado un posicionamiento en el mapa que, hoy en día, es totalmente incuestionable.

Su internacional Entrada de Toros y Caballos, sus fiestas patronales declaradas de interés nacional y, sobre todo, su puesta en valor a través de sus planes de dinamización turística han situado a Segorbe como destino turístico de interior, plantando cara a Morella. Junto a ello, las innumerables mejoras en infraestructuras, accesos y servicios, así como la creación de suelo industrial y la inversión en instalaciones deportivas o la rehabilitación de su patrimonio histórico por unos 20 millones de euros, además de la creación de su hospital complementario demuestran que "la época de bonanza" sirvió para hacer de Segorbe un lugar "mundialmente conocido" y con mayor calidad de vida.

Pero, si hay alguien que, en buena parte, puede declarase "culpable de ello" es su alcalde Rafael Calvo. La pasada semana tuvo el honor de hacerse poseedor de un nuevo récord al convertirse en el alcalde que más años ha estado como primer edil en Segorbe y el único de poblaciones de más de 5.000 habitantes que ha conseguido 5 victorias consecutivas con mayoría absoluta.

Tanto es así que durante estas cinco legislaturas, el PP en Segorbe ha llegado a duplicar en votos al PSPV, el siguiente partido más votado. En las últimas elecciones los populares, con 3.033 votos, perdieron un concejal en favor de los socialistas que obtuvieron 1572. La apuesta de los socialistas por una candidatura de gente nueva y joven que diera nuevos aires al partido, con Miguel Ángel Guillén a la cabeza, y "la relajación" durante la campaña electoral de los populares estarían detrás de la causa de esta pérdida de 82 votos y, con ello, de un concejal a favor del PSPV, que ganó 199. Dos años más tarde, las discusiones entre Guillén y Calvo, entrando incluso a descalificaciones a nivel personal, están agriando la legislatura en la que los acuerdos entre partidos y el diálogo con la oposición es inexistente.

Un 17 de junio de 1995

El 17 de junio de 1995, Calvo se convertía en alcalde de Segorbe tras encabezar las listas del PP, tras su fusión con el CDS. Así, finalizaban con cuatro legislaturas en las que ARDE y PSPV obtuvieron la alcaldía. Desde entonces, mucho ha cambiado aquel joven ATS que, en 1987, se metió en política. La frescura de entonces ha dado paso a la experiencia y, aunque el desgaste político deja mella, para el nuevo presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, la gestión de Calvo en el Ayuntamiento de Segorbe no ha pasado desapercibida. Tanto es así, que tras entrar al poder lo nombró tesorero del PPCV.

 Los entendidos comentaron en su día que la fusión de las listas PP-CDS fue crucial para agrupar los votos de centro derecha y desbancar con mayoría absoluta a socialistas y republicanos, con gran solera y apoyo de los segorbinos. De aquella lista, todavía concejales populares como Miguel Barrachina, Ángel Berga, Soledad Santamaría o Francisco Tortajada continúan en la actualidad.

 Deberes por hacer

 Sin embargo, Segorbe aún cuenta con muchos deberes por hacer. Fomentar la atracción de la industria que no acaba de despegar y continuar trabajando para convertir la ciudad en un destino turístico de pernoctación, así como reorganizar y crear plazas de aparcamiento o ejecutar promesas electorales como la ampliación del parque acuático, la estación de autobuses y plaza de toros del Coliseo. Son cuentas pendientes que, a día de hoy, esperan en el letargo de la crisis.

Si de los errores se aprende, seguro que el ayuntamiento no olvidará la inversión en el parking subterráneo. Un hecho que disparó la deuda municipal hasta seis millones de euros y que, a día de hoy, a pesar de haberse reducido hasta el 50%, se está pagando con el presupuesto que iba destinado al Coliseo. Asimismo, algunas de las sentencias que llevan años en los juzgados ponen en tela de juicio actuaciones como la del Sector 1, que de no ser anulado el fallo, podría costar a las arcas municipales 600.000 euros.

Fuente: Levante-emv

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