3.6.14

Opinión: "El acierto de Fabra", por juan arnal

Javier Arnal
Alberto Fabra ha hecho cambios en el Consell y en el PP. Tanto dentro del propio partido como fuera, dos nombres propios llevan sonando como figuras emergentes o consolidadas en el PP, y estos dos nombres se barajaban como personas que podían “hacer sombra” a Fabra, e incluso optar en el futuro a coger el relevo del presidente, con un panorama electoral incierto a partir de las elecciones autonómicas y municipales de 2015.

Dos nombres, dos mujeres: María-José Catalá e Isabel Bonig. Ambas tienen en común que fueron alcaldesas por mayoría absoluta, arrebatando la Alcaldía a los socialistas, en Torrent y Vall d´Uixó, respectivamente. Ambas tienen ganado el prestigio de ser resolutivas, dialogantes, y con un toque de simpatía que nunca viene mal en un político.

Desde que Fabra anunció que habría cambios, he escuchado muchos comentarios reconociendo la valía de ambas conselleras. María-José Catalá tiene una especial sintonía con el ministro de Educación, José-Ignacio Wert, y más de uno pensaba que podía irse a Madrid, a un cargo en el ministerio educativo, y con una carrera política de largo alcance. De Isabel Bonig poco cabe decir en esta provincia, pues es muy conocida, y un peso reconocido en el PP de Castellón y en el Consell, y desde luego su propio reconocimiento de que es “guerrera” está más que comprobado.

La valía de Catalá y Bonig era reconocida por casi todos, pero eso mismo suscitaba en no pocos una gran duda: ¿encumbrará Fabra a quienes pueden hacerle sombra en el futuro, e incrementar sus posibilidades de ser el relevo de Fabra, según sean los resultados de 2015? En definitiva, se dudaba de que Fabra arriesgara aupándolas, y que el “ego” político prevalecería en el presidente.

Fabra ha optado por darles a las dos un especial protagonismo, en una decisión que le honra, porque ha pensado en el partido, tan necesitado de una regeneración urgente, sin refugiarse en que el PP ha sacado más votos que ningún partido, o que el PSPV ha cosechado los peores resultados de la historia.

 Catalá contribuirá a dar una mejor imagen y una comunicación más fluida de la labor del Consell. Bonig sustituye a un “socarrado” Serafín Castellano, y desde luego es una buena noticia para Castellón. La energía de ambas y su suavidad en las formas suscitan envidias en el PP y temores en la oposición. Fabra ha superado el “ego”.

Fdo: Javier Arnal

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