Autor: Germán Reguillo Simón |
En la segunda mitad del siglo IV, fundado por el filosofo Antístines, apareció en Grecia un movimiento de protesta llamado los cínicos. Para este filósofo el cínico equivalía, por la sencillez de su vida, a un perro, a una contracultura. Los miembros de este movimiento de protesta se sublevaban contra una sociedad sofisticada, amante de la buena vida en contraste con la pobreza de otros sectores sociales menos afortunados.
Los cínicos vestían de una manera extravagante. Solían dormir debajo de los puentes, a modo de protesta social contra una sociedad cuyo mantra sagrado era el lujo. Vestían con andrajos, lo más sucios posibles, a modo de estandarte, para distinguirse del refinamiento de aquellos helenos detestados que buscaban la felicidad en el lujo, en la buena mesa y en las elegantes hechuras de los sastres más demandados.
En el correr de los tiempos, han tenido presencia fenómenos sociales parecidos. Acordémonos, por ejemplo, del movimiento hippie. Hizo acto de presencia en los Estados Unidos en la década se los años sesenta del pasado siglo. Primos hermanos de los cínicos en su actitud contracultural.
Hace dos veranos, aquí al lado de mi casa, en la céntrica Plaza María Agustina, y en otras plazas de Castellón, unos grupos de jóvenes desaliñados en las vestimentas, melenas largas, sentados en el suelo, formando círculos, debatían sobre temas de protesta social propuestos por unos monitores que sentados delante de unas mesas, marcaban las pautas ideológicas de los temas. Aparentemente todo aquello presentaba el atractivo de un movimiento de protesta, original, contestatario, y atrevido, que como los cínicos hace más de veinticuatro siglos y medio, se enfrentaban a una sociedad que no les gustaba, con una grave crisis económica y social por medio.
Quizás aquel movimiento, no tan espontáneo como entonces creímos adivinar si los setecientos mil euros de la fortuna del profesor Monedero estaban incubando con alpiste o euros venezolanos o bolivianos, el atrevido intento de extender la revolución chavista por el corrompido continente europeo.
El terreno estaba perfectamente abonado. Numerosos grupos de jóvenes, que como los cínicos en su tiempo, estaban asqueados por la corrupción de los más poderosos, que deseaban destruir aquella sociedad que no les gustaba, pero que tampoco aportaban soluciones adecuadas ni originales salvo las recetas amarillentas de un comunismo erosionado y desgastado. En cuanto a los grupos dirigentes, ahora descubrimos –con el debido respeto a las opciones personales- que el comunismo ha sido la incubadora donde se han formado algunos de los dirigentes de estos movimientos: el padre de Pablo Iglesias fue un destacado dirigente del sangriento FRAP , los padres de la famosa Tania Sánchez, destacados dirigentes comunistas; y la misma secuencia podríamos aplicar a los ancestros de Monedero, de Errejón, etc.
La historia es muy difícil que de marcha atrás. Así sucederá con PODEMOS. Tiempo al tiempo. Otro tema es la consecuencia que dentro de de los movimientos de izquierda pueda tener este fenómeno. Se admiten apuestas.
5 comentarios :
Mejor nos explicas lo de la incubadora franquista.
Mejor nos explicas lo de la incubadora franquista.
Cuando Alejandro Magno le pidió al padre del cinismo , Diógenes,que eligiera lo que pudiera , el perro que era así como se hacia llamar, desde el tonel donde vivía en la calle le dijo:
Si, Te pido que te apartes para que me pueda dar el sol.
Señor Reguillo ,Ud fue director mientras estuve en el menor, cuatro años y con esa experiencia me basta para saber quien es el cínico .
Por cierto su Lacayo, una especie de Torquemada , Roda , me echó en COU por ser una mala influencia para los jóvenes y por ser rojo. Sobretodo por serlo y no ocultarlo ya que en el Menor en aquella época suya incubaba , Blas Piñar.
Solo se le veía el pelo cuando nos traía el pastel de cumpleaños.
Germán, deberías hacer otro artículo de la incubadora franquista, ese tema debes conocerlo en profundidad.
Sr. Reguillo, Rafael Blasco también fue un dirigente del FRAP, y usted no dijo ni una sola palabra. Si usted hubiese hablado a su debido tiempo, tal vez nos hubiésemos ahorrado el saqueo al tercer mundo y su "correligionario" Rafael Blasco (Antiguo miembro del FRAP)una condena de 8 años de cárcel.
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