11.4.19

Opinión PSPV-PSOE Alto Palancia: "Escabechina rima con Barrachina"

Una escabechina es lo que parece que ha hecho Pablo Casado con las listas del Partido Popular al Congreso y al Senado para los próximos comicios del 28 de abril. Una escabechina de la que el flamante líder provincial del PP, el segorbino Miguel Barrachina, no ha salido muy bien parado. Miguel Barrachina se encontraba muy cómodo en su escaño de la Carrera de San Jerónimo, pero desde ese lugar privilegiado calculó mal su estrategia. Y eso que es un experto en sobrevivir a guerras internas y luchas partidistas, pero en esta ocasión jugó mal sus cartas. Apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría y ahora está recibiendo la penitencia por ese pecado. De ser el número uno al Congreso de los Diputados por el Partido Popular, a tener que buscarle un hueco, presumiblemente, en las listas a las Cortes Valencianas. Un puesto que para cualquier otro sería sin duda un honor, pero que para él, viniendo de donde viene y con las aspiraciones que tenía, suena a premio de consolación.

Ayer lo decía su compañera y candidata a la alcaldía de Castellón Begoña Carrasco, que calificaba de “renovación” la designación de Óscar Clavell como cabeza de lista al Congreso por el Partido Popular. Sí, Óscar Clavell, el de los muertos falsos, el de las falsedades como la Catedral de Burgos, el de esas y otras falsedades. Esa es la renovación del PP. Qué desesperados deben estar y qué poco banquillo deben tener cuando tienen que recurrir a estos fichajes. Pero esto es otra historia, volvamos a Barrachina. Era Begoña Carrasco la que, a preguntas de los periodistas, bromeaba con la rima escabechina-Barrachina. Una anécdota que deja entrever la caída en picado del otrora indiscutido líder provincial. Y es que ahora Miguel no tiene quien le avale. Ya no está Zaplana, su gran mentor, ni tampoco está Carlos Fabra, que mejor obviemos los calificativos que le dedicó en su último libro; pero tampoco puede contar con Javier Moliner, el Presidente de la Diputación que ha decidido abandonar la política. Barrachina se ha quedado solo, sin nadie de peso orgánico que lo sustente, y en esas circunstancias decidió jugar una baza que ha resultado letal para sus aspiraciones políticas: hacerse sorayista.

No es que el hombre sea un moderado dentro del Partido Popular, más bien todo lo contrario. Por su pensamiento y, principalmente, por sus actos, se le puede situar en el sector más conservador de un Partido Popular escorado a la derecha. Apuntarse al sorayismo quizás fue simplemente una estrategia para arrimarse a un caballo supuestamente ganador con el fin de mantener sus prebendas. Lo cierto es que erró el tiro y de aquel proceso salió triunfador un Pablo Casado que está llevando al PP al extremo más extremo de las derechas y a coquetear abiertamente con la extrema derecha. Ideológicamente Miguel Barrachina coincide más con ese PP de Pablo Casado que con lo que representaba Soraya, pero su decisión de apoyar a esta última no se olvida. Ya conocemos aquella vieja sentencia latina de “Roma no paga a traidores” que parece que Casado está aplicando de forma inapelable. Barrachina está en sus horas más bajas, ya no lo quieren por Madrid. Nos lo mandan de vuelta a casa, pero aquí tampoco tiene mucho encaje. Descartada una candidatura a la Alcaldía de Segorbe, que parece que a él le sabía a poco, la Diputación tampoco parece que es su destino. Por primera vez en muchos años hay expectativas reales de que el PP pierda el gobierno de esta institución y no parece que Miguel esté dispuesto a volver a un lugar de donde salió aspirando a más altos vuelos, mucho menos si hay serias posibilidades de estar en la oposición. Solo le quedan las Cortes Valencianas, su premio de consolación, lo único que le han dejado sus compañeros y, por lo que se ve, su próximo destino.

Difícil lo tienen los dirigentes del PP para justificar que su nombre aparezca en la papeleta a las Cortes Valencianas porque no le queda otro hueco que ocupar. Qué diferencia con la candidatura del PSPV-PSOE por la Provincia de Castellón encabezada por Ximo Puig. Una, la socialista, liderada por una persona que aspira a revalidar la presidencia a la Generalitat Valenciana; la otra, la popular, encabezada por una persona que no tiene otro sitio donde esconderse.


Ejecutiva Comarcal del PSPV-PSOE del Alto Palancia

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