Cuando el 6 de diciembre de 1978 se retrataban los afamados “padres de la Constitución”, la nueva religión del poder, éramos pocos eran los que preveían lo que iba a suceder.
La Constitución Española, que dispone de algunos artículos que puede suscribir cualquiera por responder al sentido común y al derecho Natural, dispone de otros muchos que, sin embargo, enmascaran un texto jurídico realizado con “cortas y pegas” de diferentes modelos constitucionales extranjeros. Este sacrosanto documento, ha servido con creces como piedra angular del nuevo Régimen juancarlista. Se trataba de diseñar un espacio para que los grandes partidos firmantes (PSOE, AP, CiU y PNV) pudieran prosperar durante décadas.
Porque la corrupción que ha existido en España viene amparada por el sistema salido de 1978. Un sistema, que permite que se cuestione, se insulte y se inculque el odio a España. Sin embargo, no permite que se cuestione el sistema en sí mismo.
Nota de Prensa FE JONS |
Por todo esto, los falangistas, el 6 de diciembre, se rebelan contra la dictadura de los partidos encarnada en la Constitución de 1978, que tan sólo ha traído desgracias al pueblo español, para el que piden Pan y Justicia, como forma de poder congraciarse con la Patria.
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