24.3.23

La Generalitat Valenciana represalia a la víctima y denunciante del exmarido de Mónica Oltra. quitándole la tutela de sus 2 peques

Teresa, la joven abusada por el ex marido de Mónica Oltra
La relación causa-efecto es tan evidente que resulta innegable. Mónica Oltra, la que era Vicepresidente de la Generalitat Valenciana por el partido Compromis, se ha visto forzada a presentar su dimisión por su más que presunta implicación en el encubrimiento de los abusos sexuales que su ahora exmarido, Luis Ramírez, cometiera contra Teresa Tanco cuando era una niña tutelada en un centro en el que él era monitor. A continuación, los Servicios Sociales valencianos le quitan a Teresa sus 2 hijos (uno de 2 años y un bebé) declarándolos en desamparo.

Las denuncias que hizo aquella niña tardaron tanto tiempo en tramitarse que la condena contra el agresor y la dimisión de la presuntísima encubridora ha venido a suceder cuando ella ya tiene hijos. Ahora, en una execrable exhibición de abuso de autoridad, los Servicios Sociales de la Generalitat han colmado la desvergüenza. Con qué más da qué excusa o tergiversado pretexto, le han quitado los hijos a Teresa en una evidente maniobra de represalia, como aviso a otros posibles futuros denunciantes de corrupción.

Todopoderosos, impunes, inexpugnables, los Servicios Sociales son una institución impropia de un Estado de Derecho en un país democrático. Su ilegítima omnipotencia sobre la tutela de los menores y sobre los enormes recursos económicos destinados a su manutención, supera con creces lo que cabe admitir en cualquier marco constitucional. Un país en el que se admite un abuso de autoridad tan monumental como este no es un estado de derecho sino uno totalitario, una vulgar dictadura.

Lo más grave de todo es que este abuso lo han hecho desde su cargo público en una Institución del Estado, actuando en nombre de los ciudadanos, de los valencianos, de todos nosotros, los españoles.

Es algo demasiado gordo, demasiado como para poder seguir disimulando y mirando a otro lado, como para poder seguir haciendo como si aquí no pasara nada. Ahora tendremos que elegir, y no solo el partido al que votar, sino si queremos empezar a razonar por nosotros mismos o seguir cómodamente sentados ante la pantalla que nos dice lo que tenemos que pensar. Mirar para ver o negar lo que ven nuestros ojos. Actuar para buscar la forma de regenerar el Sistema o callar y ser cómplice de convertirnos en una dictadura irreversible.

Tú eliges, pero ya sabes cómo son estas cosas: ¡Conmigo o contra mí!

Fuente: Vega Media Press

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