No es para extrañar que el pabellón de España esté cada día más alto en Somalia. Entre aquellas pobres víctimas del imperialismo atunero, está causando una extraordinaria simpatía la actitud del Gobierno español, que ha superado en esta ocasión sus anteriores marcas en el secuestro del Paya de Bakio: pagan lo que se les pide sin regatear, respetan la palabra dada y hacen gala de un extraordinario fair play al no hacer fuego sobre nuestro cuerpo de Ejército en retirada.Somalia es el país más corrupto del mundo y está entre los que menos nivel de libertades tienen, pero eso no quiere decir que no tengan su corazoncito, ni carezcan de modelo estético, y, lo que es más importante, si cabe, de afán de superación.
De ahí que el Gobierno español se haya ofrecido a entrenar a 2.000 militares somalíes. A falta de conocer en detalle el contenido del master en las artes de la guerra que nuestro Ejército pacifista (en definición de la ministra de Defensa) va a impartir a los futuros oficiales del Ejército somalí, proponemos que se obvie el capítulo 'Teórica y práctica de la blitzkrieg", disciplina en la cual podrían ser los alumnos quienes expliquen el operativo Alakrana a sus instructores.
¿Qué Ejército tiene un país sin estado? se preguntarán ustedes. ¿No servirá el adoctrinamiento para formar a unos tipos que luego se dediquen a la piratería? No tenemos garantía de lo contrario, es verdad, pero a partir de ahora podrán abordar los atuneros con método y uniformidad y no como ahora, que están hechos unos adanes y unos zarrapastrosos.
Fuente: blog de santiagogonzalez
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