16.8.10

La Fundación Mutua Segorbina presenta un libro sobre juegos históricos de nuestra comarca

El Salón de Actos de la Fundación Mutua Segorbina acogió el pasado 13 de agosto la presentación del libro "Los juegos de la calle", con la intervención de Don Enrique Valdeolivas Borrás, autor del lilbro, junto a Luis Calpe Aparicio y Ángeles Tortajada Aguilar, el alcalde de Segorbe, Don Rafael Calvo Calpe, Presidente de la Fundación, Don Rafael Zarzoso y el Director de Publicaciones, Don Pablo Pérez.

El libro "Los juegos de la calle" ha sido editado ante la necesidad imperiosa de enseñar y sensibilizar de la riqueza cultural y patrimonial de nuestros antepasados, un libro donde se descubre un texto apasionante para nostálgicos de una época donde se facilitaba la comunicación entre los jóvenes, se desarrollaba la expresión, la tolerancia y la libertad frente a una época como la actual, tecnológicamente adelantada pero vacía de valores y de hermandad.

PRESENTACIÓN POR DON RAFAEL ZARZOSO VICENTE (PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN MUTUA SEGORBINA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA)

Que el proyecto editorial de la Fundación Mutua Segorbina de la Comunidad Valenciana es amplio y ambicioso, lo confirma esta recopilación de juegos tradicionales de Segorbe y su comarca. Hasta que la revolución electrónica ha acabado confinando a nuestros hijos entre cuatro paredes, y prácticamente los ha aislado de su entorno, sujetándolos con cadenas invisibles a la televisión y la videoconsola, los juegos fueron el centro de la vida social de los más jóvenes. Sin duda, el juego tradicional era un elemento clave para el dasarrollo emocional y social de las chicas y los chicos. Al tiempo que ocupaban el tiempo libre en sus diversiones, los chavales se relacionaban provechosamente entre sí: aprendían a conocerse, a tratarse y a respetarse mutuamente; aprendían a asumir las derrotas con deportividad y las victorias con naturalidad; aprendían a evitar y -llegado el caso- a resolver conflictos; en definitiva, aprendían a hacerse adultos.

Pero, al mismo tiempo, de una forma imperceptible, mientras ponían a prueba su habilidad, reían o se cansaban, los niños mantenían con vida una variadísima gana de manifestaciones de aquello que ha dado en llamarse cultura popular. En ocasiones los juegos eran costumbres específicamente familiares; a veces se trataba de prácticas lúdicas de carácter local, aunque, en general, los juegos constituían el reflejo de tradiciones populares ampliamente arraigadas en el seno de la sociedad española y, por tanto, con pequeñas variantes, su presencia estaba asegurada a lo largo y a lo ancho de toda la geografía de nuestro país.

Quiero agradecer a los autores de este espléndido trabajo Ángeles Tortajada Aguilar, Luis Calpe Aparicio, Enrique Valdeolivas Borrás, el esfuerzo que han llevado a cabo para evitar la pérdida irremisible de estas manifestaciones culturales que en otro tiempo llenaron de risas y voces infantiles las calles de los pueblos de nuestra comarca. Hoy que el universo cultural de los juegos de la calle ha quedado casi reducido a la condición de vestigio arqueológico, la Fundación Mutua Segorbina no podía menos que poner todo su empeño e ilusión en el patrocinio de una obra como la que hoy presentamos, memoria viva y circunstanciada de un tiempo que fue, y que mucho me temo que hayamos perdido para siempre.

INTRODUCCIÓN (REDACTADA POR LOS AUTORES DEL LIBRO)

Todos los juegos recopilados en este libro han sido recogidos en la ciudad de Segorbe. Sin embargo, nos consta a los autores de la recopilación que también se han jugado, y algunos todavía se siguen jugando, en otras localidades de la comarca del Alto Palancia.

En nuestra intención al publicar estas explicaciones sobre cómo se desarrollan los juegos recogidos en la publicación, no está, ni por asomo, la pretensión de que sean autóctonos, de que hayan sido inventados en la zona. Simplemente queremos dejar constancia de que los mismos se jugaban durante el periodo que abarca el conocimiento actual de los recopiladores y de los informadores que aportaron detalles de sus desarrollos.

Con relación a la vigencia de los juegos recopilados, si tenemos en cuenta las edades de los autores de la recopilación quienes, además de redactores, han sido la principal fuente de información para llegar a esta redacción de los detalles del "modus operandi" del jugar en Segorbe, este periodo los podríamos establecer entre 1900 y 2000. En efecto, las dos personas de mayor edad, Ángeles Tortajada y Luís Calpe, comenzaron a tener uso de razón como protagonistas de los juegos en la tercera década del siglo XX; el más joven de los tres, Enrique Valdeolilvas, lo hizo al comienzo de la segunda mitad de siglo. Debiendo aceptar que alos tres les llegaba no solo la vigencia estricta por su participación directa, sino también la tradición oral que les llegaba por parte de su familia y entorno, la fecha de 1900 como comienzo de la horquilla temporal es bastante fiable. Por otra parte, la profesión de maestro del más joven y el contacto directo que le hizo mantener esta profesión con las sucesivas generaciones de niños durante la segunda mitad del siglo XX permiten alargar la observación "in situ" hasta el final del siglo.

Quizá alguno de los juegos se introdujo en la moda del jugar tras el periodo bélico 36-39, fundamentalmente como fruto de la influencia de los niños desplazados por motivos de la contienda, pero ésto es muy difícil de determinar. Como también lo es afinar en la búsqueda del momento exacto en que fueron siendo abandonados y sustituidos por otras actividades. Aun así, un buen criterio para aproximarse al momento del abandono es evaluar cada juego dentro de la respuesta que daba a las necesidades de relación (los de Pascua, que fueron sustituidos por los guateques y las discotecas) y a las de sublimación de energía (los más violentos, que fueron siendo vistos como socialmente incorrectos y sustituidos por la práctica generalizada del deporte).

No se quiere llegar más allá en la afinación de los orígenes y los finales de los juegos porque, es muy fácil caer en la creencia personal de que algo ha sido eterno y expresarlo taxativamente con la consabida y lapidaria frase de "ésto se ha hecho toda la vida". En efecto, se ha hecho durante toda la vida del informante y, como mucho, incluyendo el periodo que alcanza la precaria memoria de sus abuelos.

En el libro se explica cómo se jugaba en el periodo indicado, según la versión (bastante fiable) de los recopiladores, ya que o bien los jugaron o bien los vieron jugar en la vida cotidiana de su localidad de origen y vida.

Los juegos vienen clasificados dentro de un sistema entendido y concretado por los propios autores de esta colección. Hay que advertir que existen varios modelos de clasificación aceptados por las convenciones sobre esta temática, pero éste por el que se guía el libro resulta, cuanto menos, bastante clarificador de las distintas personalidades que aproximan entre sí a unos juegos más que comparándolos con otros. En este trabajo recopilatorio se incluye un apartado que nombra y define los distintos tipos o grupos en los que se clasifican los juegos. Quizá algunos podrían estar mejor clasificados en otro grupo distinto al que han sido asignados (incluso podrían estar clasificados en más de un grupo), pero el objetivo fundamental de este trabajo no es definir de una manera científica e incontestable las tipologías de los juegos.
El principal objetivo de esta recopilación es recoger para la memoria histórica unos juegos mayoritariamente caídos en desuso y que corren el riesgo inmediato de desaparición incluso en su recuerdo.

En cuanto a su exclusividad y fiabilidad, la pretensión que animó a elaborar este trabajo fue la de poder fijar, mediante la versión escrita, una metodología de juego concreta para cada uno de los juegos, que no pretende ser la única ni tan siquiera la mejor.

Si algún día se ha de fijar alguna normativa clara para estos juegos, tendrá que hacerse dentro de una globalidad mucho más extensa y mucho más diacrónica. En su momento, esta recopilación servirá como documento de contraste y comparación, una aportación sumativa al conocimiento sobre la cultura del juego entre los niños y los no tan niños.

Aún así, esa hipotética regularización de la metodología de cada juego no vendría a fulminar las metodologías parciales, como ocurre con las palabras, la tradición literaria, oral, el folclore, la artesanía ni con cualquiera de las manifestaciones culturales y etológicas de un pueblo.

En la presentación de los textos, las expliaciones están temporalizadas en presente para no dar la sensación de que los juegos están obsoletos ni de que son añorados. Únicamente en la concreción de ciertos detalles particulares, se hace referencia en pasado a la época en que se vieron realizar.

En otro aspecto de sus contenidos y metodologías, hay que decir que los juegos son fruto de una época determinada y no tienen censura etológica ni moral. Si los procedimientos y los contenidos chocan con lo político, moral o higiénicamente correcto en el momento de su lectura, se han de entender como fruto y un reflejo de la mentalidad dominante en la época en que se inventaron y desarrollaron como parte viva de la cultura popular. En este sentido, siempre se está a tiempo de adaptarlos, antes de volver a jugarlos, a los que en este cada momento toque para estar a la altura de las tendencias sociales de cada época.

Disfrutenlo... y compártanlo con sus hijos.

5 comentarios :

Anónimo dijo...

¿donde se puede adquirir este libro?

Anónimo dijo...

En la FNAC de la Plaza del Agua Limpia...

Anónimo dijo...

El libro se podrá encontrar en la MUTUA SEGORBINA.

Anónimo dijo...

Es de suponer que si lo editan ellos, ellos sean los que lo vendan

Anónimo dijo...

Vender??no es una mutua ,paga por vender libros.¿