6.1.12

Publican un libro en memoria de los jóvenes cristianos del 36

Mientras se va camino de cumplir el primer aniversario del salvaje atentado contra la cultura, la historia y la religión en la Villa de Altura con el troceado de azulejos, arrancados a fuerza de picola, de los nombres de aquellos hombres, de bien de paz y de fe a los que les sesgaron sus vidas por ser militantes de Iglesia, hoy sus recuerdos quedan abandonados por la mismia Iglesia Parroquial del municipio, posiblemente en algún desván o en algún calabozo municipal, ¿quien sabe?. No se trata de rencor contra sus verdugos ni se trata de odiarlos, para nada, desde el perdón siempre, nuestro eterno recuerdo, tan sólo vilipediado por una decisión eclesiástica municipal.

Otros que no se averguenzan de sus familiares muertos, vecinos o desconocidos, acaban de publicar un libro que nos recuerdan a todos ellos, bajo el epígrafe "No lloréis, nos vemos en el cielo". Así se despedían los jóvenes cristianos del 36

El libro 'Así iban a la muerte', del historiador y prior de la abadía del Valle de los Caídos, recoge las últimas palabras de los jóvenes católicos que murieron víctimas de la Guerra Civil. Paz, piedad y perdón eran las palabras más repetidas.

Al testimonio ofrecido in articulo mortis se le concede una especial autenticidad. Cuando se deja por escrito tras haber pasado por el confesionario, y va dirigido a los seres más queridos, se aproxima a la pureza absoluta.

Esa fue la circunstancia de cientos de jóvenes durante la Guerra Civil, sobre todo en la eclosión de terror de 1936: religiosos o seglares en espera del martirio, militares o civiles a quienes se anuncia el fusilamiento, soldados en el riesgo del frente...

Allí donde la inhumanidad de las circunstancias no fue absoluta, muchos de ellos tuvieron ocasión de plasmar en carta unas últimas palabras a padres, esposas, novias, hijos..., que un compañero de celda o algún carcelero hacía llegar a su destino.

El benedictino Santiago Cantera Montenegro, prior de la Abadía del Valle de los Caídos y doctor en Historia, ha recogido decenas de esos testimonios en un pequeño volumen con prólogo de Tomás García Madrid: Así iban a la muerte. Iban a la muerte, sobre todo, alegres y bien preparados.

4 comentarios :

Anónimo dijo...

Si os mordierais la lengua moriríais envenenados. Que Dios, a quien tanto invocáis, os perdone todo el odio que anida en vuestro corazón.

Anónimo dijo...

Otro revisionista mas.Siendo el prior del Valle de los Caidos(por dios y por España), seguro que la neutralidad del libro esta asegurada.

Redacción dijo...

Mire usted, no hable desde el odio, esta redacción entiende que existieron unos hechos, tanto en la Alemania nazi que no pueden volver a repetirse, para ello han dejado muestras del pasado, como los campos de concentración por ejemplo, para explicar lo que no debe suceder en el futuro. Nadie pide en Alemania la eliminación de estos vestigios del pasado.

Aquí en España, sucedieron unos címenes, que se llevaron por delante a 8.000 sacerdotes, de los cuales ya no se acuerdan ni los libros de texto. Creemos que es humano, recordarlos y mantener un recuerdo a esas víctimas del marxismo totalitario, para ello existen o existían en las fachadas de las iglesias, un reconocimiento que hoy está siendo eliminado por los hijos ideológicos de quienes los asesinaron. ¿Alguien se imagina en Alemania se aliminara todo vestigio nazi, incluso de los libros de texto? Tremendo error. Em la historia de la humanidad, tiene que haber un espacio para recordar esos genocidios, así como en Alemania, Japón o España.

Pedir la conservación de esas placas o azulejos no es odio contra el adversario o contra aquellos verdugos que asesinaron a estos hombres justos, no, no... en absoluto, esta redacción perdona y sabe perdonar desde nuestra humildad cristiana de base, pero entendemos como medio de información que no puede pasar desapercibido un hecho histórico en la historia de Altura como fue el odio a la religión y la posterior matanza de seres humanos simplemente por su fe o pensamientos religiosos.

Anónimo dijo...

Este blog debería cerrarse, tiene ideas muy anticuadas, el problema de este país es otro