Los vecinos de la calle del Loreto de Jérica se despertaron sobresaltados por los gritos. En principio creyeron que eran los vendedores del mercado ambulante que se instala en la calle Jaime Ariño. Pero no. Eran cerca de las seis de la mañana de este viernes cuando un grupo de jóvenes, entre 150 y 200 según los vecinos, se personaron en casa del alcalde del municipio, Amadeo Edo.
"Empezaron a in
sultarle, a recriminarle que se hubiera acabado la verbena a las cinco y media de la mañana", explicaron los vecinos. Al más puro estilo 'escrache', protestaron a las puertas de su vivienda, llegando a proferir "insultos hacia su madre que, ya ves, qué culpa tiene la pobre". La situación estuvo a punto de repetirse el sábado por la noche, pero dos coches patrulla de la Guardia Civil lo impidieron puesto que los agentes "llegaron a pedir a algunos de los jóvenes que se identificaran", logrando dispersar la concentración.
Foto publicada diario EL MUNDO |
Los hechos han despertado gran indignación en la población, además de diversidad de opiniones sobre lo acontecido. Para unos, la causa del enfado de los jóvenes deriva de la decisión del alcalde de posponer los actos lúdicos de la festividad de San Roque hasta que los jóvenes organizadores cumplan la mayoría de edad.
Tradicionalmente, eran los que entraban en Quintas (con 17 años) los encargados de la celebración.
Las más de cien denuncias que el consistorio sostiene que se presentaron el pasado año por el estado en que quedó el municipio, han motivado la decisión. La suciedad, molestias por quejas y escándalos en la calle, provocaron el enfado de los vecinos, que han visto cómo durante los últimos años, la situación ha ido in crescendo hasta desbordarse.
De este modo, el alcalde autorizó la celebración de la misa, procesión y chocolatada, pero prohibió las discomóviles y otros actos que se habían incorporado al programa de festejos durante los últimos años. Los jóvenes, por su parte, iniciaron una recogida de firmas para protestar por esta decisión, que hicieron llegar al Síndic de Greuges. Pese a ello, el alcalde advirtió que no modificaría su decisión.
Muchos de los vecinos respaldan la decisión del alcalde "porque no queremos que Jérica se convierta en una ciudad sin ley". Los más jóvenes temen sin embargo que "el pueblo se llene de viejos y la gente joven no quiera venir". El punto medio de la balanza, parece que todavía no los han encontrado los jericanos. En cualquier caso, habrá que esperar al fin de semana del 16 de agosto, fecha prevista para los festejos de San Roque, para saber si el 'perro de San Roque tiene rabo o si se lo han quitado'.
Fuente: elmundo.es
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