28.5.16

Den interdit de sorpasso u aceasta road (Está prohibido el adelantamiento en esta carretera)

Den interdit de sorpasso u aceasta road (Está prohibido el adelantamiento en esta carretera) L.L. Zamenhof fue un médico oftalmólogo polaco, que creo el idioma Esperanto con el loable propósito de conseguir una lengua que sirviera para el completo entendimiento de los distintos pueblos Es curioso que a él, personalmente, no le hiciera mucha falta, ya que dominaba el ruso, el pol
aco, el yidish, alemán, latín, hebreo, francés griego e inglés y, además, tenía nociones básicas de español, italiano y portugués.

 Después de varios años dedicado a definir el Esperanto, consiguió, en 1887, y gracias a la ayuda económica de su suegro, empezar a publicar la gramática y principios de su idioma. Entre 1888-1889 publicó una serie completa de libros así como la gramática y su diccionario. Todo este esfuerzo personal, acabó con el bueno de Zamenhof completamente arruinado.
Ludwig L. Creador del Esperanto

 Queda claro que, ni contó con subvenciones públicas, ni de ningún partido, ni de ningún lobby que le apoyara. Si eso mismo lo hiciera en nuestros días en España con el catalán, por ejemplo, contaría con financiación ilimitada en Cataluña, Valencia y Baleares, amén de otra inyección importante del Gobierno de nuestro país.

 Pero, a la vista de lo que estamos viviendo en los últimos tiempos, parece que nuestros políticos quieren inventar un nuevo idioma. No tenemos más que ver la serie de palabras, provenientes de otras lenguas, que invaden el español, con la inestimable colaboración de los medios de comunicación subvencionados.

 En el título de este artículo aparece el santo y seña de la modernidad, en concreto la palabra “sorpasso”, que en italiano significa “adelantamiento”. Pero claro, es de todo punto necesario intentar borrar cualquier vestigio del idioma que algunos achacarán al “franquismo”. Son capaces, en su ignorancia histórica de decir que hasta el 36 no se hablaba el español.

 Pero no solamente es esta palabra. La lista sería interminable.

 · Low cost por bajo costo  
 · Coffee break por pausa para el café 
 · Slide por diapositiva 
 · Generalitat por Generalidad 
 · A Coruña por La Coruña  
 · Coach por entrenador 
 · …………………….

 Es curioso que, cuando se publica una noticia en cualquier otra lengua que no sea el español, aquellos nombres que tengan traducción a la lengua de la zona, se traducen (por ejemplo, se sustituye Teruel por Terol), pero si se escribe en español, la cosa cambia, no se puede poner Gerona pero sí Girona. ¿Alguien me lo puede explicar?

 Y no digamos nada si la noticia se redacta en español, por ejemplo, en un medio de la Comunidad Valenciana. El batiburrillo de español, valenciano, catalán y, si me apuran, gallego o vascuence, alcanza cotas disparatadas.

 Esto no es más que el principio de la “inmersión lingüística”, eufemismo que se emplea para esconder la marginación y futura prohibición del español que, el Sr. Puig, está aplicando a marchas forzadas siguiendo las directrices de su “ídolo político” la Sra. Oltra. Por cierto, no sabemos si la ausencia de Puig en el acto de Pedro Sánchez en Valencia fue por iniciativa propia o bien, una recomendación de su socia.

 Lo más triste y preocupante es que, aquellos que deben velar por la corrección del español, se apunten a la moda que imponen los políticos. Ello te hace pensar que es más un problema de comodidad que otra cosa, de lo contrario, tendría que suponer que también se han abonado a la idea de enterrar el idioma de Cervantes.

 Sería deseable que todos los partidos políticos llegaran a un acuerdo para proteger a nuestro idioma. Pero eso es una entelequia, puesto que una gran parte de los politicastros de nuestro país, tienen como objetivo final la erradicación del español. ¿No es así, Sr. Marzá?

 La frase que sirve de título a este artículo está escrita en noruego, francés, holandés, italiano, ucraniano, rumano e inglés. Siguiendo las normas existentes en la actualidad, ni una sola palabra en español.

¡¡Si Zamenhof levantara la cabeza!!

 Luís Andrés Cisneros

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