
Para que la negociación política con los terroristas fuera aceptada con la menor resistencia posible por la opinión pública española el gobierno de Rodríguez Zapatero se aprestó a realizar un esfuerzo ingente para acomodar la cruda realidad a sus caprichosos deseos.
En esa cruzada para crear un clima favorable a las cesiones ante los criminales de Batasuna-ETA, a las que convenientemente se las llama “proceso de paz”, los malos debían dejar de ser tan malos y los buenos, principalmente las víctimas, no debían serlo tanto.
Así de la misma forma en que los miembros de ETA se convierten en “hombres de paz”, regresan a las instituciones y se fuerza su reconocimiento internacional, las víctimas del terrorismo y sus opiniones llegan a ser una molestia para los planes zapateros.
El esfuerzo por dulcificar la imagen de la banda criminal llega en ocasiones al absurdo negando las evidencias. Varios informes de verificación en los que Rubalcaba afirmaba que ya no había actividad terrorista coincidían con la llegada de cartas de extorsión que eran ignoradas, se minimizaba la kale borroka y el gobierno dudaba de la autoría de ETA en distintos atentados. Al final el robo de las 350 pistolas arruinó el esfuerzo gubernamental por ocultar su actividad delictiva.
La otra parte de la campaña tampoco logra su resultado. Se ha disuelto el Alto Comisionado que pretendía silenciar la opinión de las víctimas, se ha encausado al hermano del Ministro de Justicia por llamar a la AVT, que presta atención a más de 500 familias cada año, “Asociación de Venganza Talibán” y los esfuerzos por dividir y debilitar a su principal entidad representativa están resultando baldíos.
Aún así el ejecutivo de Rodríguez Zapatero ha aplazado la resolución de las dos convocatorias de ayudas para 2006 a noviembre y diciembre. Para que esta asfixia económica no se vuelva a repetir el Grupo Popular ha planteado en el Congreso de los Diputados una Proposición para que las convocatorias de ayuda a las víctimas se resuelvan en el primer semestre de cada año y que su asignación atienda a criterios objetivos de representatividad y servicios prestados a sus familias.
Al final los arrogantes asesinos, son eso, arrogantes y asesinos, y sus inocentes víctimas son inocentes y víctimas, por eso los españoles están con éstas y contra aquellos.
El gobierno ha fracasado en el empeño de desvirtuar la tozuda realidad.
http://blogs.periodistadigital.com/miguelbarrachina.php/2006/12/12/p61344#more61344
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